José Morea nació en Chiva (Valencia) en 1951. Fue un pintor ligado a la Nueva Figuración que coincidiendo con la transición democrática en el Estado español estalló como contraposición a los postulados conceptuales anteriores y que en todo el mundo se consolidó con el nombre de Transavanguardia italiana, deudora, asimismo del Neoexpresionismo alemán.

Empezó su carrera en 1975, realizando su primera exposición en el Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia, pero ya en 1980 obtuvo la Beca del Ministerio de Cultura para Artistas Jóvenes, que junto con la Beca de la Casa de Velázquez, de 1981, hizo que se trasladara a Madrid, donde fue partícipe destacado, durante aquellos años, de la efervescencia cultural que se llamaron, La Movida.

Si algo caracterizó la obra de Morea, es sin duda su voluntad narrativa, contar la vida y todo lo que rodea su proceso, las cosas de la vida, por fundacionales o intrascendentes que fueran. El exceso, como arma vital, como manera de conocerse, de posicionarse en un mundo lleno de posibilidades, donde todo está por hacer y todo es posible, como decía el verso de Miquel Martí i Pol.